The Big Reset”: un “documental” basado en desinformación, falacias y teorías conspirativas
forevervirtual.net
Más de seis millones de personas murieron en el mundo entre 2020 y 2022 a causa del covid-19. Sin embargo, en el filme “The Big Reset”, que fue estrenado en algunos cines de España en septiembre de 2022 y que circula con alta viralidad en redes sociales, se asegura que la crisis sanitaria fue una “farsa” planeada por “las elites” con el fin de “dominar el mundo” e imponer vacunas que “digitalizan” a las personas. Desde inicios de la pandemia, la AFP ha verificado estas afirmaciones, que no tienen sustento alguno en la realidad.
“Yo no me fío de nadie”, dice una voz en off al inicio de “The Big Reset”. “Si quería saber la verdad de lo que estaba pasando en el mundo tenía que buscarlo por mi propia cuenta”, añade.
Durante poco más de dos horas, la cinta, que circula en Facebook, Twitter, Instagram y Telegram, intenta demostrar que el “verdadero” objetivo de la “supuesta” pandemia de covid-19 fue allanar el camino para que la “elites” instalen un “Nuevo Orden Mundial”. Este concepto, que ha sido utilizado por décadas en distintos contextos para repensar el abordaje global de problemas comunes a los estados, es distorsionado en el filme para sugerir que lo que busca, en realidad, es instalar un “gobierno mundial” de corte autoritario.
Para los realizadores del “documental”, cuyos nombres no se revelan, tanto el virus SARS-CoV-2 como las más de seis millones de personas que fallecieron en el mundo a causa del covid-19 entre 2020 y 2022 son una “gran mentira” y una “ilusión”.
Con el fin de darle sustento a la versión de la “falsa pandemia”, se entrevistó a más de una docena de personas que han difundido información falsa y engañosa acerca del virus desde marzo de 2020.
Entre ellos, la médica argentina Chinda Brandolino, quien ha dicho falazmente, como ha verificado la AFP, que las vacunas contra el covid-19 contienen “sustancias transgénicas”, “soluciones metálicas”, microchips capaces de “neutralizar sentimientos religiosos” o que los vacunados quedan “patentados”. O el abogado alemán Reiner Fuellmich, quien cobró a ciudadanos desprevenidos 800 euros para llevar a la justicia al virólogo Cristian Drosten y a la Organización Mundial de la Salud (OMS) por “crímenes de lesa humanidad”. Se estima que así reunió más de un millón de euros. Pero tal proceso judicial, al que llamó “Núremberg 2”, nunca se llevó a cabo y el abogado terminó haciendo un juicio simbólico que se transmitió por streaming.
El “documental” sugiere que políticos, funcionarios, banqueros, tecnólogos, científicos, inmunólogos, virólogos, médicos, periodistas, verificadores y empresarios de toda índole conforman una conspiración global súper coordinada que busca instalar el “nuevo orden” a través de las vacunas y la Agenda 2030 de Naciones Unidas.
“The Big Reset” pudo realizarse gracias a donantes que aportaron a una iniciativa de crowdfunding. Ya en marzo de 2021 circulaba un video de 18 minutos con el mismo título y algunos de los mismos entrevistados. AFP Factual verificó entonces las numerosas afirmaciones falsas y engañosas de dicho material.
A continuación, una guía para detectar las principales falsedades de “The Big Reset”:
La prueba PCR y el mito de que “no sirve”
De acuerdo con el filme, toda la pandemia se “sustentó” en un instrumento que “no sirve para detectar virus” y que se utilizó para inventar contagios: la prueba diagnóstica PCR. Gracias al incremento de casos “inexistentes” vehiculizados por este test, sostiene la película, la OMS pudo declarar una pandemia, y así imponer la vacunación.
Los autores omiten que la técnica PCR ha sido utilizada en diagnóstico de enfermedades desde hace décadas, y que se “personaliza” para que detecte exactamente el ADN del virus que se está estudiando, lo que la hace altamente específica, como se explica en el video a continuación.
El filme también demoniza durante minutos al virólogo alemán Christian Drosten, llamándolo “títere” y “actor”. El equipo de este investigador elaboró el protocolo para el uso de las PCR como técnica diagnóstica del entonces nuevo coronavirus a principios de 2020.
AFP ya ha verificado desinformación acerca de la técnica PCR y Drosten (1, 2, 3).
Comparación falaz con el virus H1N1
“Si hubiéramos dejado de hacer pruebas, la pandemia habría terminado”, dice el médico y expolítico alemán Wolfgang Wodarg en “The Big Reset”, y recuerda que él alertó contra lo que llamó “la falsa pandemia” de H1N1 en 2009. La OMS declaró la alerta sanitaria en junio de ese año debido a la rápida expansión de una nueva variante del virus de la influenza desde Estados Unidos a numerosos países.
La relativamente baja letalidad de la gripe H1N1 es el argumento que se utiliza en el filme para descartar la gravedad de la pandemia de covid-19.
AFP Factual ya ha verificado comparaciones falaces entre el virus de la influenza y el SARS-CoV-2 (1, 2, 3), y desinformación sobre la definición de pandemia (1, 2).
Relativización de las muertes y cálculos manipulados
La película relativiza la cantidad de muertes por covid-19 argumentando que la campaña de “manipulación, terror y chantaje” de los medios de comunicación llevó a las personas a temer a una enfermedad cuya “mortalidad global” es inferior “al 0.07%”.
Se llega a esa cifra dividiendo la cantidad de muertes por covid-19 en el mundo por la cantidad de habitantes del planeta. Esta operación, sin embargo, no da cuenta de la verdadera incidencia de la enfermedad en la población que la contrajo.
Esto ocurre porque en “The Big Reset” se omite la diferencia entre “mortalidad” y “letalidad”. La primera hace referencia al número de muertes por cualquier causa en toda una población. La segunda, en cambio, al número de muertes en relación con la cifra estimada de personas afectadas por una enfermedad.
La letalidad del covid-19 está calculada en un 0,6%. “Puede que no parezca mucho, pero el valor es mucho más alto que el de la influenza [calculada en 0,1%], y la tasa de mortalidad por infección aumenta drásticamente con la edad”, dijo en octubre de 2020 a la AFP Maria Van Kerkhove, responsable del manejo del covid-19 en la OMS, en una conferencia de prensa.
Las vacunas no son vacunas”
Varios entrevistados en “The Big Reset” coinciden en que las vacunas que se desarrollaron en tiempo récord contra el covid-19 “no son vacunas”. Las llaman “terapia génica” —porque supuestamente modifican el genoma de quien la recibe, afirmación falsa verificada por AFP Factual en varias oportunidades—, y aseguran que sus consecuencias han sido “dramáticas” y “catastróficas”.
Con base en datos manipulados, se afirma también que en Israel se dispararon los casos de covid-19 tras la vacunación, liderando las infecciones en el mundo. La AFP también desacreditó esa desinformación, demostrando que ese país estuvo lejos de tener un “récord mundial” en casos de covid-19, y que un aumento de casos en 2022 coincidió con la llegada de la muy contagiosa variante ómicron.
Magnetismo, electromagnetismo y bluetooth
Según el material, algunos vacunados presentan electromagnetismo o emiten señales bluetooth. La explicación que dan a que otras personas no afrontaron este mismo fenómeno es que recibieron “placebos” o “vacunas vencidas”.
Esta desinformación surgió a mediados de 2020, luego de que una mujer estadounidense viralizara un video denunciando que la vacuna de Pfizer le había magnetizado el brazo, afirmación también desacreditada entonces por la AFP.
A diferencia de lo que sugiere “The Big Reset”, la composición de las vacunas contra el covid-19 es pública (aquí puede accederse a la de Pfizer, Moderna, AstraZeneca, Sputnik o Sinopharm). Contienen material genético y proteínas, no “nanocircuitos” o ingredientes capaces de imantar.
AFP Factual verificó en numerosas oportunidades versiones falsas acerca de la composición de las vacunas y su “capacidad” de magnetizar (1, 2, 3).
No hay grafeno en las vacunas
El grafeno se obtiene del grafito, el componente de las minas de los lápices. Se trata de un promisorio nanomaterial de gran conductividad eléctrica que ha sido objeto de múltiples teorías conspirativas desde 2021 y también integra la lista de alegaciones de “The Big Reset”.
Se lo ha acusado erróneamente de ser letal y de estar presentes en los hisopos de las pruebas PCR, en los conservadores de frescura de las pipas de girasol y también en las vacunas contra el covid-19, siendo supuestamente responsables de “magnetizar” a las personas y “controlarlas”.
Numerosos especialistas en nanotecnología consultados por AFP Factual (1, 2, 3, 4, 5) descartaron que el grafeno y sus derivados sean parte de las inmunizaciones contra el coronavirus y explicaron en qué errores incurren los desinformadores cuando intentan convencer a las audiencias de que las vacunas contienen ese nanomaterial. Por ejemplo, utilizan técnicas inadecuadas para detectar grafeno en una muestra, o no dan cuenta de sus supuestos hallazgos mediante estudios científicos revisados por pares.
También interpretan erróneamente lo que ven bajo el microscopio. En “The Big Reset”, se asegura que los viales de vacunas contienen “nanosensores” o elementos que “no deberían estar allí” cuando, en realidad, lo que capta el instrumento óptico empleado en las pruebas mostradas son “artefactos”: suciedad, trozos de cubreobjetos o burbujas a los que se suman efectos refractarios normales de la luz que los atraviesa.
La Agenda 2030
Sobre el final de “The Big Reset”, se menciona lo que califican como la “amenaza” de la Agenda 2030 de Naciones Unidas que, supuestamente, busca instalar una dictadura global “donde la palabra libertad puede que quede solo en un bonito recuerdo”.
AFP Factual ya ha verificado las teorías de la conspiración en torno a la Agenda 2030, una iniciativa firmada voluntariamente por 193 países que establece 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, entre ellos reducir la pobreza y el hambre en el mundo, lograr la igualdad de derechos y mitigar el cambio climático.
A diferencia de lo que el filme sugiere, la ONU no puede involucrarse en asuntos que son jurisdicción de los Estados, como está establecido en la Carta de las Naciones Unidas. Suponer que el organismo internacional tiene la intención y el poder para “dominar” el planeta e imponer un “gobierno mundial” es una de las grandes falacias de “The Big Reset”.